«Desde los años 90 hay un incremento significativo de personas con alergia estacional»
Concepción De Linares Fernández es profesora titular del Departamento de Botánica de la Universidad de Granada y es parte del equipo de la estación de control aerobiológico, que se encarga de analizar la calidad del aire de Granada. Cuando llega esta época del año, la web donde vuelcan todos los resultados de sus análisis ve disparadas sus visitas: son muchas las personas que padecen alergia que quieren saber cómo serán los niveles de polen y esporas en los próximos días. “Es muy recomendable conocer esos niveles de alérgenos en el aire para, en caso de ser elevados, adoptar las medidas preventivas necesarias”, nos cuenta. Con ella hablamos de alergias y del importante trabajo que desarrolla la estación de control aerobiológico de la UGR para mejorar la vida de las personas con alergia.
Comencemos hablando de la estación de control aerobiológico de la Universidad de Granada. ¿Qué funciones desempeña? ¿Cómo es el trabajo del día a día? ¿Cuántos investigadores trabajan allí?
La estación de control aerobiológico es un proyecto dedicado al estudio de la calidad biológica del aire. Para ello, analizamos las partículas sólidas que se encuentran en el aire con el objetivo de contabilizar las concentraciones de polen y esporas de hongos. Gracias a un captador que simula la respiración humana (10 L/min), dichas partículas sólidas se quedan adheridas a una cinta adhesiva que se va desplazando a una velocidad de 2 mm/hora. Una vez por semana se retira la cinta del captador y se lleva al laboratorio, se corta en fragmentos correspondientes a las 24 horas del día, se tiñe con fucsina básica y se observa al microscopio óptico.
Nuestro trabajo diario consiste en analizar dichas muestras identificando y contabilizando uno a uno todos los granos de polen y esporas de hongos que aparecen en las muestras. Los resultados obtenidos aportan información sobre la biología de las plantas y los hongos, conociendo si estos se están viendo afectados o no por la contaminación, cambio climático, etc. Además, dicha información también es muy valiosa de cara a la sociedad, ya que con ella podemos conocer el riesgo de síntomas alérgicos que pueden padecer aquellas personas que sufren polinosis (alergia al polen y esporas). La estación de control aerobiológica está ubicada en el Departamento de Botánica de la Universidad de Granada y su equipo lo conforman 3 profesoras (una catedrática y dos profesoras titulares), así como una investigadora con cargo a proyecto y especialista en palinología.
A través de su web http://aerobio2.stei.es se pueden consultar los niveles de polen en la atmósfera con una periodicidad semanal. Seguramente al llegar esta época del año más de uno la tendrá como su web de cabecera… ¿Se nota mucho el pico de visitas en los periodos de más incidencia de la alergia?
Sí que se nota, más que por las visitas a la web, por el interés generado y las consultas que se producen a raíz de la publicación de esta información. Cabe destacar que siempre pueden escribirnos a aerobio@ugr.es y consultarnos.
Para esta primavera se prevén niveles elevados de polen
¿Hay una tendencia ascendente en el número de personas alérgicas en los últimos años? ¿A qué debe ese incremento?
Desde los años 90 se ha observado un incremento significativo de personas con sintomatología alérgica estacional que, lejos de descender o estabilizarse, sigue incrementándose hasta nuestros días. Las causas del incremento son debidas a varios factores, que dependiendo de la persona, actúan de forma individual o en conjunto. Dichas causas son, por un lado, la hereditaria ya que esta enfermedad puede ser heredada de padres a hijos. Por otro lado, la contaminación. Los compuestos inorgánicos y partículas PM10 pueden irritar las vías respiratorias, lo que incentivaría que el sistema inmunológico reaccionara equivocadamente y detectara algunas proteínas del grano de polen como agentes patógenos. Por otro lado, se conoce que la misma contaminación puede “enmascarar” a las proteínas del grano de polen provocando que el sistema inmunológico no las reconociera como inofensivas y reaccionara. Por último, se sabe que un exceso de higiene puede ocasionar que el sistema inmunológico esté más “inactivo” y reaccione ante compuestos que en principio no serían peligrosos, como es el caso de las proteínas de los granos de polen o esporas de hongos.
¿Hay alguna manera de poder prevenir o evitar una alergia? ¿Alguna medida preventiva que podamos adoptar de forma individual?
No se puede evitar la alergia, ya que ésta es una enfermedad inmunológica donde el cuerpo reacciona ante sustancias inofensivas. Cualquier persona puede generar alergia sin saberse los motivos exactos. Sin embargo, si se padece alergia existen mecanismos para evitar los síntomas. El primero de todos, acudir a un especialista para conocer qué tipo polínico o fúngico es el causante de los síntomas de rinitis, conjuntivitis o asma. Posteriormente, es recomendable conocer la planta u hongo para evitar en lo posible acercarse a ella en el momento en que se encuentra en floración o esporulación. También se recomienda conocer los niveles de polen y esporas en el aire para, en caso de ser elevados, adoptar medidas preventivas como usar gafas de sol (si se padece conjuntivitis), mascarillas (rinitis y asma), cerrar las ventanas de la vivienda en las horas centrales del día, o incluso, medicarse.
¿Cuáles son las principales fuentes alergógenas en la provincia de Granada?
La fuente alergógena más importante son los granos de polen, esporas de hongos y los ácaros. En Granada, sin lugar a dudas el tipo polínico más abundante es el olivo, seguido de ciprés, plátano de sombra, gramíneas y parietarias. En cuanto a esporas de hongos, es la Alternaria el hongo alergógeno más abundante.
Un exceso de higiene puede ocasionar que el sistema inmunológico esté más “inactivo” y reaccione ante compuestos que en principio no serían peligrosos
¿Tienen una previsión de cómo se presenta la primavera de este año para las personas alérgicas?
Para esta primavera se prevén niveles elevados de polen. Se estima que las precipitaciones ocurridas en este mes de marzo favorezcan las floraciones de las plantas primaverales, sobre todo de las hierbas como gramíneas y plantagos, y árboles, como olivos y encinas. Sin embargo, si durante los meses de abril y mayo se producen precipitaciones, éstas pueden provocar un efecto lavado en la atmósfera y reducir los niveles de polen aerovagante.
Llevamos dos años usando mascarilla de forma habitual, ¿han notado una incidencia directa de este uso de mascarilla en la sintomatología de las personas alérgicas?
Sí que se ha notado. El uso de mascarillas es uno de los mecanismos más efectivos para evitar los síntomas alérgicos, sobre todo los relacionados con las rinitis y asma. El hecho de haber tenido que usar mascarillas en las calles ha evitado que el grano de polen haya entrado en las vías respiratorias y generar sintomatologías.
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