En la frontera del conocimiento de la expresión génica

By Biomedicina

El grupo de investigación CTS993 de la Universidad de Granada trabaja en el campo de la biología molecular del cáncer y la regulación de los genes en una célula tumoral

 

Con casi 300.000 personas a las que se les diagnostica cáncer cada año sólo en España y millones en todo el mundo, el conocimiento de esta enfermedad se hace más necesaria que nunca. Los científicos trabajan desde distintos ángulos con tal de mejorar la información sobre la patología, lo que podría ayudar en un futuro a su prevención. No obstante, se trata de una travesía por terrenos inexplorados en la que se requiere más que nunca la audacia de investigadores como los del grupo CTS993.

 

Este colectivo, que trabaja en el Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (Genyo), está centrado en la biología molecular del cáncer y la regulación de los genes en una célula que se vuelve tumoral. Tal y como explica Pedro Medina, director de esta unidad, «las células normales tienen un metabolismo que regula el crecimiento, mientras que las tumorales presenta alteraciones que provocan que se desregulen los genes. De esta manera, los oncogenes aumentan su actividad y su crecimiento, a la par que se frenan los supresores de tumores».

 

La tarea del CTS993 está fijada en lo que ellos mismos denominan como «la frontera del conocimiento» sobre el cáncer. «Investigamos elementos genéticos que no se conocen bien, como los complejos remodeladores de la cromatina. Este elemento es un complejo de ADN y proteínas que permite empaquetar la información genética en una célula, así como su posterior lectura», detalla Medina. Esta exploración se extiende igualmente al complejo SWI/SNF, descubierto en las levaduras y que participa dentro de ese motor que comprime y descomprime el ADN en las células. 

 

«Se ha comprobado que frecuentemente están alterados en el desarrollo de tumores y que el cáncer rompe ese complejo. No sabemos por qué tiene que destruirse para que las células se vuelvan malignas, pero ocurre», comenta el investigador granadino. Dentro de las dificultades de su estudio, Medina destaca el hecho de que la labor de los complejos remodeladores es «difícil de modelizar, lo que complica su análisis. Por eso hay muchos grupos trabajando en estos complejos, y aun así se sabe poco pues las herramientas para trabajar con ellos son complicadas». 

 

Otra de las líneas de investigación del CTS993 consiste en los procesos de regulación en los genes no codificantes de proteínas, un campo igualmente desconocido para la Medicina en la actualidad. Medina comenta que «estudiamos el microARN, que es una familia homogénea de pequeño tamaño que se genera de la misma forma, y luego los genes no codificantes, que básicamente es un cajón desastre. Se hace por eliminación y en esa categoría entra cualquier molécula que no codifica proteínas con más de doscientos nucleótidos».

 

Estos investigadores de Genyo también llevan a cabo un estudio sobre la leucemia linfoblástica aguda en niños, en concreto por la posible vinculación con la translocación t(12;21), y sobre el linfoma difuso de células B. Además, han recibido una fuerte financiación de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) por la potencialidad de la edición génica como herramienta terapéutica. «Los nuevos sistemas CRISPR suponen una línea de investigación importante, con tal de saber cómo usarlos para revertir alteraciones de las células tumorales e intentar así que no crezcan», profundiza Pedro Medina, el capitán de esta expedición desde el Parque Tecnológico de la Salud por los ignotos senderos hacia el conocimiento total del cáncer.

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